Una cosa que no sabía de Tobby…

Mi perrito hermoso está próximo a cumplir los 3 añitos de vida, el 22 de este mes; ya inició el 2016, faltan 18 días para su cumpleaños.

Ayer, que bajamos con Miguel a La Mesa en bici, si bien vamos juntos y acompañándonos el uno al otro, como vamos en carretera, más de bajada e impulsados, nos toca ir uno detrás del otro, Miguel detrás de mí,  él me escolta.

Entonces, de cierta manera, hay tiempo para “pensar”. Bueno, tal vez no para cesudas y extensas cavilaciones pero, mientras iba bajando, había dos ideas que repasaba y repasaba en mi cabeza. Una, era que me había equivocado al decir en un comentario de Facebook que la pedaleada a Mondoñedo era fácil porque en la mente tenía la vía Soacha-Indumil que, tiene sus buenas subidas pero no es tan dura, es más o menos recta, casi no tiene curvas; pero si hablamos de la carretera que da al peaje, mejor dicho la que va de Mosquera a Mondoñedo, ese sí es otro paseo (es más dura y por algo con Miguel optamos por la vía Soacha-Indumil, aunque ayer me comentó que la otra vía él la hecho como unas 2 o 3 veces). En mi mente estaba la “necesidad” de aclarar mi error y ya hoy lo hice jaja.

La otra idea que rondaba en mi cabeza, es la que tiene que ver con Tobby, mi verdadera razón para escribir aquí hoy.  El viernes que me regresé en flota para Bogotá, resultó que por la noche, en la casa de La Mesa, todos menos Bibi salieron a comprar cosas para la comida y mi Tobbycito se quedó solo con ella y sus perritas. El “acontecimiento”, reportado por Bibi y total novedad para mi madre y para mí al saberlo, fue que Tobby se puso aullar. Se paró en la cama de mi abuelita y aullaba duro. Bibi lo llevó con ella a la sala, lo consintió y se calmó. El pobre se sintió solo. Esto lo supe yo la misma noche del viernes, estando ya aquí en Bogotá, hablando por teléfono con mi mamá. Hace un tiempo comentamos con mi mamá que Tobby nunca había aullado y ¡oh sorpresa! sí lo hace o sí lo puede hacer.

El sábado, que Miguel y yo desayunamos con mi papá antes de arrancar en nuestras bicis para La Mesa, le comenté lo de la aullada de Tobby y para él no fue novedad, por el contrario, el simplemente corroboró la “noticia”/información con naturalidad: “sí, él hace eso”.

Por un lado me sorprendió ver que mi papá sabía algo de Tobby que yo no sabía, internamente fue como “ey, se supone que la que lo conoce soy yo”, pero por el otro, es comprensible que Tobby haya aullado en compañía de Bibi, digamos que no está familiarizado con ella, pero que lo haga en compañía de mi papá???!!! No es que esté bien o mal pero sí dice mucho. Mi papá en teoría forma parte de este núcleo básico familiar, solo que la calidez humana (de cálido, no de calidad) en él es muy difícil de encontrar, de sentirla o vivenciarla.  Imagino que cuando Tobby ha aullado con él no lo ha consentido sino ignorado, por su cabeza tal vez no pasa la idea de tranquilizarlo.

Me hace recordar cuando yo estaba chiquita y me angustiaba porque mi mamá se demoraba en llegar del trabajo al apto, o porque mi noción del tiempo era difusa y se me hacía eterna su llegada y me empezaba a preocupar. Era más fácil medio buscar consuelo en la empleada de turno que ir a donde él a que me dijera algo como “deje la bobada”. No recuerdo sus palabras textuales pero sí su dureza, él le restaba importancia a mi preocupación y se mostraba cero comprensivo. A lo mejor él nunca ha tenido idea de lo que es consolar o contener…

De pronto luego indague, así por pura curiosidad, mi papá cómo maneja los aullidos de Tobby cuando éstos se presentan, imagino que eso pasa sobre todo si es de noche, no creo que la “soledad”, (mi papá está con él aunque él no lo busque) le pegue tan duro en el día…

Mi mamá dice que los animales sienten la energía y pues… la verdad Tobby poco le camina a mi papá, a veces a nosotras nos da embarrada, pero es como complicado gobernar los sentimientos y/o la voluntad del perrito, aunque a veces mi papá con tono 50% ficti 50% serio juega a ponerse en modo “autoritario” con su voz y se siente chévere porque el perro le obedece. Nosotras procuramos decirle de buena manera que no lo grite. Su actitud es como de “lero, lero, el perro me obedece”… aunque supongo que también va implícitamente mezclado con algo de frustración, logra lo que quiere pero no precisamente por real afecto… en fin, dejémoslo ahí…

Ampliando los límites del DogFriendly

Esta semana, al menos los últimos dos días, han sido medio pesados para mi gordo hermoso. Cuando salimos en bici por la noche con el Ciclopaseo de los Miércoles, yo NUNCA llevo a Tobby básicamente porque el recorrido es largo, más o menos rápido (lo ideal es que el grupo no se disperse en los cruces), y con posibilidades limitadas para detenerse con calma y que Tobby se estire, en otras palabras es un recorrido pesado para él. Pero ayer era un día especial, era jueves, era el día sin carro y… es el día de andar en bici y compartir en familia con Miguel y con Tobby, sí, nosotros somos una familia, aún no legalmente constituida pero real en cuanto a los lazos que hemos contruido. Entre chiste y chanza, más bien de forma cuasi-literal, Miguel es el papá de Tobby. Es algo muy bonito… me encata como el perrito saluda a Miguel cuando lo ve… como le agacha las orejitas y le bate la colita todo emocionado,  es un momento fugaz que me conmueve y me hace sonreír… un momento fugaz que, gracias a Dios, no para de repetirse.

En todo caso, Tobby salió anoche a rodar con nosotros en el cierre de la jornada del día sin carro. Menos mal fue un recorrido corto: Campín, 24, ParkWay, 26, 53 y Simón Bolívar… bueno más o menos así, no es tan agudo mi sentido de la ubicación de noche. Hubo un tramo largo sin paradas en el que ya Tobbycito se iba cansando, cuando íbamos por la 26 como que se trataba de parar de la canasta para estirarse y me miraba con ojitos suplicantes. Al coger la 53 tuve chance de bajarlo un ratico, y luego otro poquito llegando a la glorieta y ya en el parque sí fue el recague oficial de baterías porque era el punto final del ruedo y ya podíamos relajarnos, correr, jugar, estirarnos, tomar mucha agua (solo Tobby), quemar energía y ser felices. Es tan bonito ver cómo juegan Miguel y Tobby… y me gustó que correteen alrededor mío cual barril del Chavo jaja, es chistoso. Tobby tiene un papá maravilloso y yo un novio espectacular. El tiempo de los tres para mí es la máxima expresión de felicidad.

Varias veces nos ha pasado que cuando estamos con Tobby en la bici y ya venimos de regreso, el pobre cabecea en la canasta… medio entrecierra los ojitos y como que se resiste al llamado de Morfeo. Pero anoche sí venía súper despierto (a lo mejor el ejercicio del parque le dio una dosis extra de adrenalina). De todas formas llegó al apartamento, comió y clavó cabeza; hoy amaneció con mucha pereza.

Las aventuras de hoy, fueron medio imprevistas pero agradables, esta vez sin Miguel. Tenía que ir a hacer una vuelta al banco Pichincha que queda cerca a Unicentro y me llevé a Tobby conmigo. Fácil: parquear la bici en el centro comercial y pasar caminando al banco. Nosotros que llegamos al parqueadero y comienzan a lloviznar. Ese banco es un pasillo largo y al principio intenté dejar a Tobby adentro, sentado esperándome en la puerta pero hay un pequeño doblez del pasillo que hacía que lo perdiera de vista, que no tuviéramos contacto visual. Entonces lo entré un poquito más hacia el pasillo y lo senté en medio de dos líneas de sillas de espera contra la pared y al lado de una mesita. El vigilante intentó decirme que no pero lo hizo de forma suave, casi que ni le escuché la voz y solo le dije que él era juicioso. Lo dejé ahí sentado sin correa. Intentó venir hacia mí un par de veces al principio pero lo hice devolver, le decía que se estuviera quieto y que me esperara. La prohibición de los perros en un banco, al menos en este, no es explícita, mi perrito en serio es muy juicioso y quién le dice que no a esa carita. En la fila no más habían como 5 personas y yo estaba más mirando a Tobby que a la fila. Ya cuando estaba a punto de ser mi turno volvió a intentar venirse hacia mí pero no lo dejé, solo avanzó un poquito, se quedó sentado en toda la mitad del pasillo y al final se echó. Más lindo, en serio mi gordo es la mata del juicio.

Salimos y la lluvia había arreciado. Esperamos un rato y cuando ya bajó, volvimos a Unicentro por la bici. Hace rato que tenía en mente almorzar en Subway un día que estuviera sola, no soy fanática de este negocio pero tampoco me disgusta (como sí es el caso de Miguel) no sé por qué tenía ese deseo pero hoy fue el día para cumplirlo: almuerzo express, ojalá un poco avanzada la tarde y ps… rico (lo que me había imaginado era yendo caminando o en bici al Subway cercano a mi casa, un día que mi papá no estuviera). Vi por el celular que hay un Subway en la 19 con 116 así que bajé por la 122 a buscar la 19 pero me encontré con un Subway en la 122 con 18 y entramos allá. Otro negocio tipo pasillo. Dejé la bici en la puerta, no había de dónde amarrarla pero trabé las llantas con la guaya al marco. Nuevamente, senté a Tobby a la entrada, debajo de una mesa, frente a la bici y le pedí que me esperara mientras hacía el pedido. La chica que estaba adelante de mí quedó impresionada con lo juicioso que es Tobby y ya cuando tenía mi bandeja y me senté en el sofá-sillón a la altura donde estaba Tobby, el muy bandido brincó al sillón y se sentó a mi lado… yo no le había acabado de decir “no te vayas a subir” cuando él ya estaba brincando y ok, no hay rollo, está bien. Jaja.

En Subway, por cuenta de la lluvia, que volvió a arreciar y parecía que nunca iba a terminar, se nos alargó la espera. Tobby terminó echado a sus anchas en el sillón entre dormido y aburrido. El negocio estaba medio solo. Entraban clientes pero no había afluencia de gente y nadie dijo nada por la presencia de Tobby. Hubo un momento en que me paré al baño, le dije que me esperara pero ahí sí como que se angustió y cuando volví estaba sentado y alerta en el otro extremo del sillón, súper cerca de la barra y pendiente de que yo saliera, osea se caminó todo el sillón, jaja.

En casos como ese, el celular es la mayor salvación para la impaciencia y el aburrimiento. Y también la compañía de Tobby me daba cierta tranquilidad, me ayudaba a estar relajada y no desesperada. Pero al final no me aguanté más, pedí que por favor me regalaran una bolsa, le abrí un hueco y se la coloqué a Tobby a modo de ruana-capa. Supe, por la app de Bicimapa que había un Arturo Calle cerca (muy cerca como a media o una cuadra) con parqueadero cubierto donde se podía parquear la bici y cogí para allá. El plan era coger un taxi y luego venir por la bici en carro, nada que paraba de llover. Y sí, amarré la bici a la baranda de la escalera que sube al almacén y esperamos con Tobby un rato mientras en vano intenté pedir taxi por el celular, de nada valió tampoco salir un par de veces por la rampla a ver si había bajado la lluvia.

Al final opté por subir al almacén, llevando a Tobby alzado, salir a la puerta y tratar de coger un taxi. Al principio senté a Tobby afuera debajo de unas pequeñas carpas (como pestañas) que tiene Arturo Calle pero luego vi que alcanzaba a mojarse entonces me dio por colocarlo en la entrada del almacén (adentro, donde el piso todavía es negro, no de madera) y hacerlo que me esperara ahí sentado mientras yo seguía pendiente de coger taxi. Pasó mucho, mucho tiempo, varios taxis llenos, otros sin pasajeros que no paraban, yo iba y venía, pendiente del taxi y también de mi Tobby, él estaba ahí juicioso pero no quería dejarlo mucho tiempo solito y mientras tanto, los vendedores de AC, sobre todo las mujeres, matadas con Tobby, incluso una me dijo entre chiste y chanza, que la solución era que me fuera en la bici y le dejara al perrito.

Solo hasta después de que mi mamá me llamó para ver cómo iba logré por fin coger un taxi, y fue genial porque el señor me dijo “se le dañó la caminada?” y ps le dije que no, que estábamos en bici y resultó que a él también le gusta, me contó que se está armando una, que ya tiene el marco que le costó 2 millones (uno Specialized) y yo le hablé de los colectivos, de las rodadas con el CPM, de las salidas fuera de Bogotá con Miguel, etc. Le sonó mucho lo del CPM como opción de levante jaja… y confesó que ha sido un hombre muy mujeriego… que antes conseguía 3-4 viejas pero que ahora le queda difícil en parte por la edad (cuarenta y tantos) y en parte por su trabajo. El señor espera tener su bici armada por ahí a mitad de año, y quedó de buscar al CPM en Facebook.

Y bueno, fin. Llegué al apto le pedí el fa a mi papá de que me prestara el carro y fui por la bici. Esta vez no pude llevar a Tobby porque mi papá no me presta el carro si llevo al perrito, dice que me distraigo y ps ok, mejor hacerle caso y ser responsable. Me pareció bonito ir con Tobby a diferentes lugares donde se supone que no se permiten perros y ver que es posible flexibilizar un poco la norma sin romper el límite: permaneciendo muy cerca de la entrada pero adentro, sin molestar a nadie y conmoviendo corazones, robándose varias miradas. Así, sin querer queriendo se van ampliando los límites de los negocios Dog Friendly (locales y negocios donde los perros son bienvenidos, la mayoría por lo que he visto son restaurantes y panaderías).

Anécdotas…

El puente pasado no estuve en mi casa, me fui de campamento con JPC. Mis papás y el pequeño Tobby sí se quedaron aquí y creo que mi gordo hermoso me extrañó. Intentó buscarme en mi cuarto y fue en vano… pero además algo en él se salió de lo normal: la noche del domingo NO dejó dormir o en palabras de mi mamá “puso pereque hasta que le di una palmada y lo regañé”. La noche del lunes festivo Tobby reincidió en su mal comportamiento a la hora de dormir, lo regañé un par de veces, se calmaba por un rato y volvía a molestar. Esa noche finalmente dormí con él en mi cuarto (ocho días después, osea este sábado que pasó, mi mamá descubrió que se había orinado en una esquina de mi cubrelecho).

La noche del martes creo que volvió a molestar. Mi mamá atribuyó la causa al hecho de que yo siempre trasnocho y el perrito me siente, entonces por eso molesta, me dijo además que NO lo metiera en mi cuarto porque se acostumbraba (bueno ps es que yo sí espero/planeo dormir arrunchada con él siempre, cuando sea un adulto en total control de sus esfínteres) y le hice caso.

Mari, por otro lado, señaló como causa el hecho de que Tobby durmiera en el día, de manera que al dormir en la noche no tenía sueño, por eso molestaba. Creo que yo resolví el misterio de forma sencilla/inesperada así como un segundo de iluminación en mi cabeza: mi mamá me contó que casi no habían jugado con Tobby en mi ausencia. Bueno ahí está al pequeño Tobby no le hicieron gastar energía y en la noche estaba 200% activo, esa es, en mi opinión, la verdadera causa. Igual NO ha vuelto a molestar pero Mari decidió tomar medidas: a ratos, mientras esté dentro de sus posibilidades, evita que Tobby duerma en el día. El miércoles se subió con él a ver telenovelas después del almuerzo y le gritaba y le hablaba para llamarle la atención y no dejarlo dormir. Otras veces lo coloca en superficies de altura donde le es imposible conciliar el sueño porque tiene poco espacio y debe permanecer sentado. Hoy por ejemplo, mientras Mari arreglaba mi cuarto, lo puso aquí así:

 

20130709_105543

Ahí está mi gordo custodiando a mi vaquita, un detalle muy especial de mi padrino :P.

Por otro lado, de manera rápida y jocosa, ayer el pequeño Tobby tuvo una “cagadita a medias”. Este perrito es muy alegre, cariñoso y sociable, pero al mismo tiempo nervioso. Puede buscar a todos los perros y olfatearlos para conocerse y eso, pero siempre está en modo de alerta, pensando en qué momento alejarse o huir, no le gusta sentirse perseguido y si son perros más grandes que él, así sean cachorros, por lo general termina patas arriba y chillando… es súper consentido… En todo caso ayer ps estaba en su momento de hacer popis. Estaba evacuando cuando derrepente pasó un camión de esos que llevan perros de escuelas y eso, ps ya de regreso a sus casas y uno de esos perros ladró aunque el camión no se detuvo, pero Tobby lo escuchó, pegó el brinco y hasta ahí le llegó su cagadita… me dio pesar y también risa jiji… qué pecaito…

Viaje a donde el nuevo veterinario…

Se llama Francisco. Fue él quien atendió a mi Chispitas en su última etapa de vida, fue él quien tuvo que encargarse de la terminación de su sufrimiento. Es un muy buen veterinario, cálido, humano, y realmente examina a los perritos, a conciencia, los atiende bien, da buenas recomendaciones. Donde él resultamos con Chispis porque una amiga de mi mamá se lo recomendó (y porque Gregorio, el que lo veía antes, se fue de la ciudad). Queda un tris lejos, ps… sobre todo si el transporte se congestiona como pasa normalmente en Bogotá un sábado, es en la 127 pegado a la séptima. Mi mamá no estaba muy conforme con el veterinario que nos vendió a Tobby, por eso volvimos a donde Francisco.

Tobby aprovechó el recorrido para ventanear subido en la parte de atrás del carro. Él estaba sentado allá arriba y  recibía el aire asomándose sobre mi hombro. Tomé un par de fotos de ese momento. Fue relativamente fácil llegar en cuanto al tráfico, aunque otra cosa totalmente distinta fue el regreso por la 116. ¡Qué complique! y con un solazo tenaz, a paso de tortuga y un sofoque tremendo! Ahí Tobby estuvo mucho más inquieto, traté de corregirlo en su mala costumbre de pasarse por debajo de la silla hasta los pies del conductor (mi mamá) y finalmente, cayó dormido en el suelo.

Francisco nos dio un ungüento antibiótico para la orejita izquierda de Tobby que está particularmente irritada. Debemos aplicárselo dos veces al día. Además le hizo un raspado de piel para mandarlo al laboratario y descartar la posibilidad de que la alergia que presenta sea principios de sarna. Lo raspó un poquito en una patica y otro poquito en la orejita. Además señaló que “ya le bajaron los testículos y bien, todo normal… no demora en empezar a orinar parado”. Ay!!!! mi bebé ya se está haciendo hombre… jajajaja ok no, mentiras, pero ya se le empieza a acentuar lo “macho” :P.

También nos hizo algunas recomendaciones sobre la raza. Dice que los terrier son muy dominantes y que, en el caso de los niños, si los hubiera, podría agredirlos si llegaran a sentirse dueños de un espacio como camas o sofás algo como “nadie más se sube aquí”. Bueno, no hay niños pero además Tobby tiene un carácter totalmente distinto a lo que se supone que es la raza. Juega y es un loco, pero también es fácil lograr que tenga momentos de tranquilidad y sueño profundo. Sobre todo si está conmigo y estoy leyendo o haciendo cosas en el pc. Y es cero dominante, ps… teniendo en cuenta su primer encuentro con Bruno, su primo cocker, el otro se le montó y este fue re sumiso en vez de responder igual en son de juego jaja (y eso que son contemporáneos). Tobby es súper abierto, sociable y alegre, solo caricias, se le va a cualquiera (persona) y a los perros grandes intenta acercárseles por conocer aunque se asusta fácilmente, no le gusta que lo correteen, así sean cachorros como él (“auxilio! semejante mole se me vino encima!”), y cuando oye perros desde los balcones del conjunto de al lado ladrar, se alcanza a asustar sobre todo con un pomeranian que hace severo escándalo. Es medio nerviosito… pero es un amor. Solo digo que parece romper el prototipo de carácter esperado de los westie…

cool

Creciendo y aprendiendo…

Poco a poco el pequeño Tobby va tomando confianza en la calle. Sube andenes, escaleras y plataformas como la que hay cerca a la Torre 1 donde reposa una gigante y obsoleta antena de TV. También se va a animando a dar pequeños saltos, como el del muro del parque que hay aquí atrás, a la vuelta de la manzana. Allá también hay como una especie de túnel pequeño, y al colocarlo ahí encima, se baja solo. Ha tenido también oportunidad de socializar con perros grandes, aunque es nervioso, ellos lo huelen y él se deja aunque no le gusta que lo persigan, y si alguno llega a ladrán al pobre se le viene el mundo encima, escuchar a otros perros ladrar lo asusta demasiado.

En la casa también ya es capaz de botarse de los muebles y de las camas. Pero hay algo que todavía NO puede hacer, y es que ese sí es un reto de mayor complejidad, planeo enseñarle cuando cumpla los 4 meses porque ayer lo intenté y fue un experimento fallido: las escaleras del apto. Es que son re suicidas jaja… ps en diagonal y con los escalones bien espaciados (apenas son 10), por algo mi papá optó por ponerle una tabla perpendicular abajo, para evitar que las cosas se caigan por ahí, eso fue hace rato pero es práctico porque perfectamente por uno de esos huecos se podría ir Tobby.

Vecinos o amigos que NO ven a Tobby con frecuencia, dicen que ha crecido.  Es obvio que tienen razón, creo que mis papás también notan su crecimiento, yo, en teoría, no tanto porque paso harto tiempo con él. Lo que me permite ver que ha crecido es la foto del primer día juntos, la que nos tomamos en mi cama y que tengo de fondo en el celular. Ahí sí que parece de juguete… ahora, está mucho más grande.

Ayer completó vacunas, le colocaron la de la rabia y la de la tos de perreras, esta última según me contó mi mamá, son como unas goticas que le meten por la nariz, yo no pude ir porque la jornada de clases/extroversión en el centro se extendió un poco jeje. Además de las vacunas le colocaron en el collar una placa en forma de huellita que dice por detrás “estoy vacunado contra la rabia”, jeje qué belleza. Y al pesarlo, pues obviamente pesó más: hace 15 días pesó 2,8 kilos, ayer pesó 3,6 kilos… jejeje mi gordito, o barrigón Varela como a veces le dice mi mamá. 😛

Edición: Hoy domingo, por la tarde, estuvimos donde mi abuelita y conoció a sus primos: Princesa y Cindell (dos French Poodle), las perras de Bibi, y Noah y Bruno (dos cocker, hembra y macho), los perros de Liz. Bruno tiene la misma edad de Tobby jeje… al principio él fue tímido porque no era su territorio y con tantos perros ps qué susto jaja es que con él completamos 5 perros en la casa de mi abuelita… todo un zoológico. Pero luego resultamos arrunchados todos juntos jiji 😛

Bruno y Tobby :)

Bruno y Tobby 🙂

Las escaleras que sí aprendió a subir hoy fue las de la casa de mi abuelita 🙂

Primer baño…

Tengo un problemita en mi piel, por eso me gané mi primer baño (medicado) y no me gustó nadita… chillé mucho, mis alaridos son estrenduosos… es que me quiero ir rápido de aquí..

(Tobby at the vet)

Toes = one more toy

Humans have a very nice toy at the end of their body. They call it feet but what I like the most is what the have on the tip: the toes. It feels so nice to be able to chew them or to bite them a little but it turns out that humans feel pain when I do that, so they yell and tell me to stop. Pointless! is a big addiction I simply can not help.

Noticias guau… (digo flash)

Hoy llevamos a Tobby a su penúltima vacuna. Le queda la de la rabia y la de tos de perreras pero esas se las ponen juntas en 15 días. El veterinario dijo que ya dentro de 8 días puede salir, ¡YUPI! aunque aclaró que NO en un día como el de hoy (lluvia, frío). También lo pesó y está en 2.8 kilos (¡mucha vaca, jaja!) y dijo que ya le podemos aumentar la ración diaria de comida: de 80 gramos a 110, es decir, de 40 gramos a 55 gramos cada porción (le estamos dando por la mañana, a las 9 am y por la tarde a las 5:30pm, decidimos mantenerle el mismo horario con el que venía el criadero).

Este lunes el casposito cumple 3 meses de vida (pasado mañana) y tres semanas de vivir con nosotros.  photo champagne_zps5c7ce244.gif¡Salud por Tobby! photo champagne_zps5c7ce244.gif

Y ya. Ah bueno hoy descubrí que tengo varios videos “atascados” en la cámara de fotos jiji entonces los voy a subir hoy a Youtube, para luego ponerlos en el playlist de Tobby. Allá me gusta compartirlos en inglés, sólo por ver si de pronto con eso, en algún punto así de pura chepa, algún video se vuelve viral o al menos logra una mayor difusión jajaja igual son casuales, caseritos, bonitos, nada del otro mundo…

 

Susto

Tengo una vecina muy escandalosa. Tiene unas orejitas más o menos parecidas a las mías aunque más corticas. Y su pelo, su cuerpo… parace un penacho de esos que usan las porristas.

El primer día que llegué a mi hogar, venía en brazos de mi niña y ella tocó a la puerta de las vecinas, el apartamento del frente. Ellas quedaron matadas conmigo pero evitaron que Mía se acercara… dijeron que de pronto me tiraba.

Hoy la señora de al frente timbró, buscaba al señor Víctor, pero ella no había acabado de saludar cuando la perra entró a sus anchas a nuestro apartamento. Tenían miedo de que me hiciera algo pero yo estaba en la cocina encerrado. Mi niña abrió y yo me asomé, ella tenía a Mía alzada… se agachó y por unos pocos segundos Mía y yo nos olfateamos. Pero ella no tardó mucho en ladrarme… me asusté y salí despavorido de vuelta para mi camita. Mi niña alcanzó a poner las manos en el hocico de mi vecina para evitar problemas, pero yo quedé muy asustadito… El mundo es grande y yo muy pequeñito. Mía es una perra feroz.

Querido diario:

Querido diario: anoche no le paramos bolas a Tobby que se puso a chillar a media noche. Parece que triunfamos en la educación nocturna, confiando en Dios dormiré plácidamente.

(Escrito el domingo  a las 11:45 pm).

Querido diario: mi papá consiente a Tobby y juega con él en el sofá de la sala. Intenta enseñarle a subir de un brinco pero todavía está muy pequeñito, a ratos es capaz de bajarse solo pero lo piensa…